jueves, 19 de mayo de 2011

ariskus


Cuanto más, la mísera cobija
que al mundo en su otoño embelesa resarcida
y el hombre en su confín de aristas
las arrugas celestes le acomodan una fiesta de ventiscas
Este cielo de armiño donde la muerte nebulosa
rasguña el opio de las uñas, la hiel de menstruaciones
oh, las garras de hemorragias en pizarrones
la no piedad ante mi estomago de hidras