jueves, 17 de marzo de 2011

Las Sombras




Este poema es de los que hicieron renacer mi amor por la poesía. Después de varios años a la deriva, y gracias a la ayuda de mi profe René y sus clases, he ido retomando el rumbo. Comencé a recordar todo lo que puedes lograr con la poesía, todos esos universos, los colores, las sensaciones y la magia de combinar ciertas letras para dar el efecto de algún color. Sin embargo, los años de abandono cobran su factura, y mi capacidad poética ha sido diezmada, por dejar de leer poesía tanto tiempo. Tal vez era hora de darme cuenta, soy un pésimo cuentista, pero un mas  o menos buen aprendiz de poeta, así que continuaré este camino. Este fue el poema que recité hace días, la verdad ignoro si lo hice bien, pero pues, igual lo hice.

Mas allá de la atmosfera lúgubre que crea (lo cual es genial), me encanta como describe los colores de la noche, la luna, las ramas, los reflejos, ruido del agua, etc. Casi todos los poemas de este señor van por el mismo rumbo, tomando esa escencia del romanticismo, reflexionando sobre la condición humana y la grande, enorme carga de melancolía que los seres como los poetas encuentran en los tiempos actuales. No se cual sea el próximo movimiento literario, porque poetas sigue habiendo por todos lados. Por mi parte, tengo un cierto desencanto con las formas poéticas actuales, no es que desamerite a grandes como Gabriel Zaid o José Emilio Pacheco, pero simplemente me seducen mucho mas las formas clásicas y romanticas, el uso del lenguaje oscuro y misterioso, que llena de misticismo la poesía.

Ya sin mas bla bla bla aquí dejo el fucking poema

                                                                   Las Sombras

Oíd. Ese suave acento,
ese solemne murmullo
es el canto de la tarde,
es la voz de los sepulcros.


Desde el seno de la Luna,
envuelto en manto de luto,
el ángel de los poetas
a llorar desciende al mundo.


Los espíritus del lago
navegan en los nelumbios,
y abren sus alas de rosa
a los céfiros nocturnos.


Arpa sonora del monte,
la palma, entona un susurro,
y al blando peso del ave
su rama encorva el arbusto.


Por los cármenes del río
vago pensativo y mustio,
y entre el follaje del bosque
blancos fantasmas descubro.


¡Ah!, ¿quiénes son esos tristes?...
¡Mis compañeros de estudio,
las sombras de mis amigos
que salen de los sepulcros!


Juan Clemente Zenea

No hay comentarios:

Publicar un comentario